Esa gran riqueza la obtiene de sus cupríferas minas Cerro Verde, Antamina, Las Bambas, Toromocho, Cuajone, Toquepala y Constancia, las auríferas Yanacocha, Retamas, Alto Chicama y Chaupiloma, las polimetálicas Cerro Lindo, Colquijirca o Raura, y muchas más.
En la primera imagen, correspondiente a la zona norte del país, destacan los importantes proyectos de cobre de Río Blanco, Cañariaco, La Granja, Galeno, Magistral, Rondoni y Michiquillay (este último ya concesionado). También los de oro de Minas Conga, San Luis y Quicay II, el de zinc de Hilarión y los de potasio de Salmueras y Fospac.
En la segunda imagen, referida a la parte sur, destacan aún más, entre ellos los de cobre de Pukaqaqa, Los Chancas, Anubia, Cotabambas, Quechua, Marcobre, Zafranal, Quellaveco, Los Calatos, Haquira y Shouxin. Asimismo, los de oro de Ariana, Crespo, Ollachea y San Gabriel, los de plata de Santa Ana y Corani, los de hierro de Pampa de Pongo y Hierro Apurímac, el de estaño de Bofedal II, el de Fosfatos Mantaro e inclusive el de uranio de Macusani.
Como se comprueba, el Perú no sólo tiene una enorme capacidad para ampliar su producción con sus grandes minas en explotación, sino también para apuntalarla sostenidamente con el aporte adicional de prospectos tan numerosos e importantes como los aquí mostrados.
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