Dispuesto a dar una señal de estabilidad, y mostrando que la inflación va dejando de ser el problema central, el Banco Central de Reserva decidió, en su reunión de ayer, no seguir elevando, sino más bien mantener inalterada, en 6.50%, su tasa de interés de referencia.
La entidad monetaria tomó esta determinación a la luz de los últimos acontecimientos, que revelan que, ante las sombrías perspectivas en los principales países, los precios de los commodities están bajando velozmente, con lo cual la presión inflacionaria que generaban en el país se ha visto grandemente atenuada. Además, la decreciente liquidez internacional y la incertidumbre acerca del futuro inmediato están provocando una restricción del crédito y del consumo interno, lo que también está contribuyendo a frenar la inflación.
Los motivos del BCR (hacer click para ampliar).
Siendo así, se hace innecesario seguir elevando la tasa, pues su único efecto importante sería el de frenar, quizá más de lo debido, la economía, algo de cuyo riesgo ya han advertido numerosos economistas, máxime en las circunstancias actuales, en que, ante una probable recesión externa, un mercado interno dinámico podría constituir un buen paliativo.
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