sábado, 22 de febrero de 2014

Prueba PISA 2012: Otros Detalles

En diciembre del año pasado abordamos (ver aquí) el tema de la Prueba PISA, importantísimo examen preparado cada tres años por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), para evaluar a los alumnos de educación secundaria de los diversos países que la integran, y también a los de otros países deseosos de conocer el nivel de conocimientos de sus estudiantes.

En dicho examen, el Perú volvió a mostrar la debilidad de su sistema educativo, al situarse último entre los 65 países considerados (en el anterior, efectuado el año 2009, había ocupado el penúltimo lugar).

Habiendo comentado en aquella oportunidad los resultados globales, nos quedaba pendiente la publicación de datos más específicos. Es lo que hacemos en esta ocasión, comparando los datos peruanos en los distintos rubros considerados en la prueba con los obtenidos, en promedio, por los alumnos de los países de la OCDE.

Los números no necesitan mayor explicación, pues muestran, en resumen, las serias deficiencias de nuestro sistema educativo, reflejado en los pobres conocimientos de nuestros estudiantes en las fundamentales áreas de las matemáticas y ciencias, y en su bajísima comprensión de lectura. En todos los campos evaluados, nuestros estudiantes están muy por detrás de los de la OCDE.

Uno de los indicadores más penosos es el que señala el porcentaje de alumnos calificados como de bajo desempeño (por debajo del nivel 2 de competencia). En matemáticas, entra en ese deshonroso nivel el 74.6% de nuestros estudiantes (frente a sólo 23.0% en el caso de los de la OCDE), en comprensión de lectura el 59.9% (frente al 17.9%) y en ciencias el 68.5% (frente al 17.8%).

Esa lamentable realidad se corrobora con el bajísimo número de nuestros estudiantes que accede a los niveles de mejor desempeño (niveles de competencia 5 y 6). Así, en matemáticas el porcentaje es de apenas 0.6% (versus 12.6% en la OCDE), en comprensión de lectura 0.5% (versus 8.4%) y en ciencias 0.0% (versus 8.4%). Como se puede ver, ni uno solo de nuestros alumnos accedió en ciencias a ninguno de los dos niveles superiores.

Limitándonos a nuestros estudiantes, y comparando por género, los varones destacan un poco más que las mujeres en matemáticas, pero pierden ampliamente en comprensión de lectura, en tanto que hay cierta equiparidad en ciencias.

El pequeño gráfico adjunto nos brinda una síntesis de la situación, al señalar con rojo nuestros resultados en los diversos items considerados, señal de un rendimiento inferior a los de la OCDE en casi todos los rubros (excepto en el de diferencia por género en comprensión de lectura, dado que nuestras alumnas destacan un poco más que nuestros alumnos). En la mayoría de rubros la situación es similar a la vista en la prueba de tres años atrás, habiendo habido mejoras únicamente en comprensión de lectura y en el porcentaje de alumnos de bajo desempeño.

Si bien lo mostrado no significa que nuestra educación es la peor, dado que la prueba no constituye una comparación con los estudiantes de todo el mundo, sino sólo con los pertenecientes a varios de los países más desarrollados, sí implica que nos falta un larguísimo camino por recorrer, pues intentar emular a esos países en todos los campos en los que han avanzado, incluido el educativo, debe ser una prioridad nacional.

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