Como pudimos apreciar, sobre un puntaje de 1 (el más bajo) a 7 (el más alto), nuestro país obtuvo 4.23, con lo cual avanzó hasta el puesto mencionado en el párrafo anterior.
Como también constatamos, el WEF considera tres aspectos para la elaboración de su índice y ranking: Requisitos Básicos, Mejoradores o Potenciadores de la Eficiencia, e Innovación. En ellos, el Perú logró puntajes de 4.4, 4.3 y 3.3, respectivamente, que son prácticamente similares a los del informe previo.
Tras esta breve introducción, pasemos a detallar los numerosos elementos que componen cada uno de esos aspectos. Dado que son sumamente claros y descriptivos, no requieren mayor explicación, por lo que nos limitaremos a señalar aquéllos en los cuales el Perú destaca o más bien aún tiene problemas.
Requerimientos Básicos
En este aspecto, la mejor calificación peruana está en los pilares de Ambiente Macroeconómico, donde obtiene 5.4 puntos (y ocupa el puesto 33 en el mundo), y Salud y Educación Primaria, donde obtiene 5.3. En cambio, sus puntos débiles están en los de Infraestructura (3.6) e Instituciones (3.4).
Sus rubros específicos más destacados son los de Fortaleza de la Protección a los Inversionistas (donde obtiene 6.0 puntos y se ubica en el puesto 49), Impacto de la Malaria en los Negocios (15), Peso de la Deuda Gubernamental (puesto 16), Resultado del Presupuesto Público (24), Incidencia de la Malaria (35), Eficacia de los Consejos de Administración (36), Fuerza de las Normas de Auditoría y Presentación de Informes (38) y Calificación Crediticia (42).
Contrariamente, sus puntos más débiles, y por ende sus peores ubicaciones en el ranking, tienen que ver con la importantísima Carga de las Regulaciones del Gobierno (134), Calidad de la Educación Primaria (puesto 131), Crimen Organizado (131), Fiabilidad del Servicio Policial (129), Eficiencia del Marco Legal en la Solución de Disputas (129), Costo del Crimen y la Violencia para los Negocios (126), Credibilidad Pública en los Políticos (123), Calidad de la Infraestructura en General (115), Despilfarro en el Gasto Público (112), Eficiencia del Marco Legal para Impugnar las Regulaciones (110), Desviación de Fondos Públicos (110), Calidad de los Caminos (110), Costo del Terrorismo para los Negocios (106) e Independencia Judicial (103).
Mejoradores o Potenciadores de la Eficiencia
En este aspecto, nuestro país obtiene su calificación más alta en los pilares de Desarrollo del Mercado Financiero (4.7), Tamaño del Mercado (4.4), Eficiencia del Mercado de Bienes (4.4) y Eficiencia del Mercado Laboral (4.3). La más baja (3.6) la obtiene en el de Disposición Tecnológica.
Sus mejores notas específicas las logra en el Índice de Derechos Legales (8 puntos sobre 10), Flexibilidad en la Determinación de los Salarios (5.8 puntos sobre 7), Solidez de los Bancos (5.7), Regulación de las Bolsas de Valores (5.3), Intensidad de la Competencia Interna (5.2), Impacto en los Negocios de las Reglas sobre IED (5.2) y Prevalencia de la Propiedad Extranjera (5.0). Las mejores ubicaciones mundiales las obtiene en Flexibilidad en la Determinación de los Salarios (17), Indice de Derechos Legales (20), Impacto en los Negocios de las Reglas sobre IED (28), Regulación de las Bolsas de Valores (31), Solidez de los Bancos (31), Disponibilidad de Servicios Financieros (32), Accesibilidad a los Servicios Financieros (32) y Tasas Arancelarias (36).
En cambio, sus más bajas calificaciones las recibe en Calidad de la Educación Matemática y Científica (2.5 puntos y puesto 133), Prácticas de Contratación y Despido (2.5 y 130) y Calidad del Sistema Educativo (2.6 y 127).
Factores de Innovación y Sofisticación
Este último aspecto, el que más caracteriza a los países más desarrollados, es, como vimos al inicio, aquél en el que nuestro país obtiene su más baja calificación.
Aquí, en el pilar de Sofisticación de los Negocios, consigue 3.8 puntos, y en el de Innovación apenas 2.8.
Sus rubros más destacados son los de Cantidad y Calidad de los Proveedores Locales, en los cuales figura con puntajes de 4.7 y 4.3, respectivamente. Los más deficitarios, en cambio, son los referidos a la Obtención del Estado de Productos Tecnológicamente Avanzados (2.6 puntos), Gasto de las Empresas en Investigación y Desarrollo (2.7), Naturaleza de la Ventaja Competitiva (2.8) y Colaboración Universidad-Industria en Investigación y Desarrollo (2.9).
El Informe también incorpora una encuesta, realizada entre empresarios del país, a quienes se pidió que mencionen (ponderándolos del 1 al 5) los cinco factores que, en su opinión, más perturban el desarrollo de los negocios. Los resultados fueron estos:
Está claro, a la luz de esas opiniones, que la ineficiencia de la burocracia gubernamental, las rigideces en el mercado laboral, la corrupción y la inadecuada infraestructura continúan siendo, tal como en los últimos años, los factores más problemáticos, con porcentajes de 19.0%, 15.4%, 12.6% y 11.0%, respectivamente.
También son mencionados, aunque con porcentajes menores, las regulaciones y tasas tributarias, el crimen y el robo, la inestabilidad política y la inadecuada capacitación de la fuerza laboral.
Con ese muy completo análisis y evaluación acerca de múltiples y fundamentales aspectos de su actividad económica, política y social, y con la comparación que hace posible con el resto de países, el Perú dispone de una excelente fuente de información para saber cómo se ubica en el ámbito global. La tarea que le corresponde es tomar nota de eso y procurar seguir mejorando en todos los rubros señalados, especialmente aquéllos donde las carencias son más notorias.
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