Industria Automotriz: Crónica de una Muerte Anunciada

Ojalá todo ocurra tal como lo anuncia el más reciente artículo de la revista británica The Economist, referido a la inminente muerte del tradicional motor a combustión interna en los autos y demás vehículos.


Es que con ello el mundo se libraría de una de las principales fuentes de contaminación de la delgada y delicada atmósfera que envuelve a nuestro planeta. Una fuente que permitió el desarrollo de una de las principales industrias del mundo y de un medio de transporte que mejoró notablemente la calidad de la vida humana, pero que también ha dañado considerablemente nuestro medio ambiente.

Dicha muerte tendrá lugar, como sabemos, por la masiva entrada en operación del motor eléctrico. Ese importantísimo cambio tecnológico es cada vez más evidente, gracias al éxito que vienen logrando los autos eléctricos en materia de dos de los principales factores que antes los hacían inviables: su baja autonomía y su elevado costo.

El primer factor limitaba su alcance, obligándolos a recargas demasiado frecuentes y lentas. El segundo tenía que ver con precios de venta mucho mayores que los de los autos convencionales.

Pero en los últimos años, con el inexorable avance tecnológico, ambos factores están perdiendo su relevancia de antaño, minimizando las anteriores desventajas de adquirir un auto de este tipo. Las baterías de litio cada vez tienen mayor capacidad y son más eficientes en lo que atañe a su recarga. Y las economías de escala que se están logrando a partir de la creciente aceptación y producción de estos autos se está reflejando cada vez más en sus precios. Por si fuera poco, la masificación de los puntos de recarga está dotando al nuevo sistema de una adecuada infraestructura de respaldo.

Tanto las grandes empresas automotrices como otras recientes y muy innovadoras son las responsables de la nueva era que se viene en el negocio. Todas ellas han propiciado, uno tras otro, modelos cada vez más eficientes y competitivos.

Gracias a la nueva tecnología, millones de contaminantes vehículos irán abandonando paulatinamente las pistas de todo el mundo para ser reemplazados por otros de cero emisión. Esa nueva y alentadora realidad viene siendo acompañada por otra en el campo de la generación eléctrica, donde se viene dando creciente protagonismo a las fuentes renovables, en desmedro de las contaminantes fuentes no renovables.

Con ambos procesos dándole un respiro a la vapuleada atmósfera, los miles de millones de habitantes de nuestro planeta tendremos dos buenos motivos para sentirnos satisfechos por lo logrado, a la vez que optimistas por lo que podría venir a partir de ese trascendental cambio de rumbo.