En realidad, esos atributos también los tenía su antecesor, quien no dejó el cargo por incapacidad ni nada parecido. El problema que ocasionó su renuncia fue la desautorización que recibió por parte del primer ministro y el presidente Vizcarra, cuando había planteado una reforma impositiva que la mayoría de analistas económicos había considerado razonable y necesaria.
Ojalá con el nuevo ministro haya una mejor coordinación, para que las medidas que se plantee al país resulten fruto del consenso al interior del gobierno, y no sean objeto de posteriores marchas y contramarchas que generan inquietud y dañan el ambiente de confianza que se desea instalar para estimular la inversión y el consumo.
Foto: Andina
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