domingo, 19 de agosto de 2018

El Cuestionable "Programa de Recuperación" Chavista

Mañana, lunes 20, entrarán en vigencia las medidas anunciadas en los últimos días por el jefe de la dictadura venezolana, Nicolás Maduro, como parte de un supuesto "plan de recuperación económica" para el destrozado país caribeño.


Una de ellas consistirá en el reemplazo de los billetes antiguos por otros nuevos, medida pomposamente presentada como "el arranque de la recuperación económica", cuando evidentemente no es más que una destinada a evitar que la gente siga cargando cerros de billetes pulverizados por la hiperinflación y que por ende no valen nada.

También se instaurará dos signos monetarios, ambos fluctuantes según el mercado. Uno será el "Bolívar Soberano", para el uso de las transacciones de las personas, y el otro será el Petro, un signo monetario virtual, que constituirá la referencia para toda la economía. El valor inicial del Petro será el mismo del barril de petróleo (de aproximadamente US$ 60 a la fecha), y cada Petro valdrá 3,600 Bolívares Soberanos.

El Bolívar Soberano variará de acuerdo a como lo haga el Petro, y este último variará de acuerdo a como lo haga una canasta de monedas internacionales. Es decir, el valor del Bolívar Soberano estará anclado al valor de estas últimas. El banco central publicará todos los días el valor de ambos flamantes signos monetarios. Es, como se puede ver, un esquema algo parecido al de dolarización, en el sentido de apelar a una referencia internacional, en este caso una canasta de las principales monedas. Pero, a diferencia de los países que decidieron basarse en el dólar y dejar de emitir la moneda nacional, el banco central venezolano seguirá activo en su labor emisora.

Los salarios, los precios de los bienes y servicios, y las pensiones también quedarán anclados al Petro. Desde el 1 de septiembre, el salario mínimo será de medio petro, es decir de 1,800 bolívares soberanos. Los precios de los bienes y servicios tendrán un precio de venta máximo, fijado y controlado por el gobierno.


También habrá cambios en el precio de la gasolina. Se dejará de lado los aberrantes subsidios generalizados de hoy y se establecerá subsidios directos y progresivos. Con ello se espera que en dos años haya quedado resuelto el terrible problema de la distorsión y pérdida de recursos que significa el actual esquema. La gasolina será vendida internamente al precio internacional, para que se frenen tanto la pérdida de recursos fiscales como el contrabando. Los que quieran tener derecho al subsidio deberán inscribirse y obtener el denominado Carnet de la Patria.

Además, el gobierno entregará, a todas las personas que ya cuenten con dicho carnet un bono de reconversión económica de 600 bolívares.

Dado que el nuevo salario mínimo implicará un aumento de 35 veces sobre el actual, el gobierno cubrirá durante tres meses el costo de dicho aumento en las pequeñas y medianas empresas privadas.


En materia fiscal, se buscará un déficit cero, con "una austeridad prusiana" y mayores tributos (mayores tasas en IVA, renta y otros). En cuanto a lo monetario, se buscará eliminar la emisión inorgánica, y emitir sólo cuando haya un respaldo productivo.

Como se aprecia, es un plan sumamente heterodoxo, pues contempla muy pocas de las medidas que la teoría y la práctica económica recomiendan en situaciones tan catastróficas como la que afronta el país. El mismo Maduro lo reconoce al señalar que se trata de "una fórmula mágica" que su equipo económico acaba de descubrir y que por primera vez será aplicada en el mundo.


Al formularlo, no se ha hecho el menor mea culpa por la desastrosa situación actual, pues Maduro se ha limitado a culpar cínicamente a supuestos enemigos políticos internos y externos, cuando es clarísimo que la inmensa mayoría de esa culpa es atribuible a las torpes políticas perpetradas por él y por Chávez durante un larguísimo tiempo.


En lugar de ajustar al Estado, el gran culpable de la hiperinflación más alta del mundo, ha anunciado que se incrementará las tasas impositivas, para que el sector privado pague los despilfarros del sector público.


En lugar de eliminar la inmensa cantidad de costosísímos subsidios que destrozaron las finanzas públicas, ha anunciado que el gobierno (pese a su inmenso déficit, su inmensa deuda y su nulo acceso al crédito internacional) seguirá subsidiando generosamente, asumiendo el enorme diferencial de la nómina salarial que se deberá pagar de ahora en adelante (con un salario mínimo incrementado 35 veces) o brindando una gasolina con un precio muy inferior al internacional (que según voceros del gobierno seguirá siendo el más bajo del mundo) a quienes tengan el "Carnet de la Patria". En lugar de liberalizar los precios (hoy sujetos a asfixiantes controles que matan el incentivo para producir), ha anunciado que el Estado seguirá controlándolos, impidiendo que sobrepasen el límite que él establezca arbitraria (y demagógicamente). En lugar de replegar al omnipresente Estado que hostigó a la inversión privada hasta matarla casi por completo, promete que este seguirá siendo el gran y todopoderoso protagonista. En lugar de plantear la autonomía del banco central, elige mantenerlo totalmente dependiente del poder político, para que le facilite recursos apenas lo requiera.


En lugar de recurrir a las recomendaciones que para estos casos de extrema gravedad tiene a la mano la teoría económica, promete más heterodoxia que la de antes. Más experimentos, bajo la batuta de la misma gente que ha puesto al país al borde del estallido social.


Precisamente por eso ha recibido furibundas críticas de la inmensa mayoría de analistas, gran parte de los cuales piensan que el paquete anunciado, en lugar de solucionar la gravísima crisis actual, la profundizará. Estos señalan, por ejemplo, que el enorme aumento del salario mínimo llevará al cierre de miles de empresas, imposibilitadas de pagarlo. En el mismo sentido actuará el incremento del IVA. Y los subsidios que el Estado seguirá otorgando (por ejemplo cubriendo nóminas salariales o cubriendo el precio de la gasolina) seguirán incrementando el déficit y espoleando la terrible hiperinflación.

A la vista de todo eso, y del pánico que se ha generado, al parecer se viene un gran paro nacional el día martes 21, que, a la luz del hartazgo de la población, podría convertirse en un evento terminal para el régimen. Sin duda, esta va a ser una semana muy agitada en Venezuela.

1 comentario:

  1. Venezuela deberia hacer como Bolivia, capitalismo de estado relativo, seguir los pasos de China, Rusia.
    Venezuela seguira siendo un desastre hasta que metan un paquetazo que sincere todo, de alli en adelante que se copien de los Chinos.

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