En él se puede ver que el índice mejoró sustantivamente en el 2016 (pasando de un nivel superior a 110 puntos a uno cercano a 140), pero se estancó en el 201, cerrando en 120 puntos. En ambos años se aprecia un gran número de meses con barras azules, reflejando caídas.
Afortunadamente, en el año 2018 la situación mejoró notoriamente, pues sólo hubo dos caídas mínimas en enero y febrero, y avance en todos los restantes meses, especialmente en abril y mayo, y, más recientemente, en octubre y noviembre. Eso está permitiendo que el índice se aproxime a cerrar el año en un nivel muy superior al de fines del 2017, probablemente en su mejor nivel de los últimos tres años.
Eso no sólo tiene que ver con la evolución de su subsector Fabril Primario (sumamente dependiente de lo que ocurre con el sector pesquero, que es vital para sus importantes actividades de fabricación de harina y aceite), sino especialmente con la de su subsector Fabril No Primario, el más importante del sector, que viene mostrando cifras sostenidamente positivas.
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