Es que la importantísima Minería e Hidrocarburos creció mínimamente, y la producción en el subsector Electricidad avanzó poco, mientras que la Pesca (muy influyente en la vital Manufactura) cayó significativamente, y el Consumo Interno de Cemento (principal componente de la Construcción) se mantuvo casi estático (con una levísima caída).
De otro lado, la inversión pública volvió a crecer notoriamente (13%), y el crédito al sector privado lo hizo escasamente (crecieron mucho los hipotecarios, pero retrocedieron algo los empresariales, y notoriamente los de consumo). Las importaciones retrocedieron levemente (crecieron las de bienes de consumo y las de bienes de capital y materiales de construcción, pero disminuyeron las de materias primas y productos intermedios).
Además, aumentaron fuertemente las recaudaciones del IGV y de los tributos aduaneros, pero decayó la del ISC. Por su parte, la población ocupada aumentó 4.87%, y continuó el sostenido incremento del arribo de pasajeros en vuelos internacionales. La venta e inmatriculación de vehículos creció algo tras cuatro meses de caída y la morosidad bancaria disminuyó de 4.22% a 4.16%.
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