Y esa escasa variación de los precios permite tener una expectativa inflacionaria para los siguientes doce meses igualmente muy baja, también la menor en este grupo de importantes países.
Así las cosas, no es necesario tener una tasa de interés de referencia (la fijada por el banco central) elevada, combatiendo duramente dicho problema. Esta puede bajar, aliviando el costo de los créditos y las inversiones, y por ende permitiendo la aceleración productiva.
Esa es la razón por la cual nuestro país tiene actualmente la menor tasa de interés de referencia. Es una tasa de 5.00%, que en el marco de una inflación esperada de 2.45% implica una tasa real de 2.55%, que apropiadamente refleja el costo del dinero, y a la vez no genera presiones inflacionarias, no afecta el nivel de actividad y permite lidiar con lo que ocurre en cuanto a tasas en el ámbito externo.
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