El gráfico adjunto es sumamente revelador. Muestra cómo, tras un 2007 y un 2008 de elevada expansión, reflejada en tasas mensuales de ritmo chino (que inclusive hicieron temer un recalentamiento y llevaron a aplicar medidas de freno), se pasó, en el 2009, a una etapa de escasísimas alzas, alternadas inclusive con breves caídas. En junio se tocó fondo, y luego se comenzó a notar una cierta recuperación, que ahora, en noviembre, acaba de tener su prueba más concluyente.
Ese resultado, y el que se espera en diciembre, ya están llevando a muchos analistas a mejorar sus pronósticos de crecimiento para el 2010. Aunque los más pesimistas todavía hablan de tasas de 3%, la mayoría apuesta por unas que van desde 4.5% hasta 6%. En cualquier caso, el presente año será sin duda, y de la mano de la recuperación de la manufactura, la construcción y el comercio, un período de claro tránsito por la senda del crecimiento.
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