Eso se puede ver en el siguiente video, donde la directora gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, hizo un recuento de la situación global, estableció algunos lineamientos a seguir y respondió las interrogantes de periodistas de todas partes del mundo.
Allí comenzó diciendo que el pronóstico de su entidad para el crecimiento de la economía mundial es de 3.1% en el presente año y 3.6% en el 2016. Para vigorizar ese indicador, a fin de resolver más adecuadamente los problemas del desempleo y la pobreza, recomendó a las autoridades económicas aplicar recetas análogas a las que han permitido a la cocina peruana su fulgurante éxito internacional: examinar las prácticas óptimas y poner al día las políticas.
Eso, que permitirá crear una combinación de políticas con un crecimiento más sólido e incluyente, se puede llevar a cabo con tres ingredientes fundamentales: la adecuada gestión de las transiciones económicas, el cuidado con los efectos de contagio y la cooperación internacional.
La gestión de las transiciones económicas (como el ingreso de China a un nuevo modelo de crecimiento, la normalización de la política monetaria de Estados Unidos y el inicio de un ciclo potencialmente prolongado de precios bajos de las materias primas) se puede efectuar a través de una combinación de políticas que incluya respaldo de la demanda (a través de las políticas monetaria y fiscal), estabilidad financiera y reformas estructurales.
La prevención del contagio se puede lograr haciendo que los bancos centrales de las economías avanzadas evalúen mejor los efectos de sus decisiones de política. En los mercados emergentes, se puede lograr atacando la acumulación de deuda empresarial y en moneda extranjera.
La cooperación internacional, por su parte, es fundamental, al haber quedado demostrado que los problemas globales (como los contagios financieros, las crisis de refugiados, el desarrollo internacional, el cambio climático. etc.) no pueden ser resueltos aisladamente por los países.
Para contribuir de una mejor manera al logro de tales objejtivos, el FMI prevé mejorar sus prestaciones, poniendo en práctica un nuevo enfoque denominado AIM (acrónimo de Agility, Integration y Member Focussed), del cual hablaremos luego y que estará basado en la agilidad, en la integración y en una mayor focalización en sus países miembros.
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