Lamentablemente, nuestro país tuvo la desgracia de estar en esa infame lista, no sólo por un corto tiempo, sino durante toda la década de 1980.
En efecto, durante todo el muy mediocre segundo gobierno de Fernando Belaúnde, entre 1980 y 1985, el Perú figuró allí, llegando a ocupar el cuarto puesto mundial con su inflación de más de 100%.
Y luego, en el nefasto primer gobierno de Alan García, entre 1985 y 1990, la situación llegó a su nivel más desastroso, pues, tras unos primeros meses en que la heterodoxia imperante "redujo" la inflación a base de controles de precios, esta reapareció totalmente desbordada, haciendo que el Perú no sólo retornara a la lista, sino que la encabezara. Nuestro país, que con su inflación de casi 5,400% había escalado al primer lugar del planeta superando a Nicaragua, luego la elevó hasta 7,500%.
Ello ocurrió por efecto de una demagógica política de gasto público descontrolado, ejecutada cuando continuaba vigente el nefasto modelo de economía estatista, controlista y proteccionista puesta en marcha a fines de los año 60 por la dictadura velasquista y que ninguno de los tres gobiernos siguientes (de Morales Bermúdez, Belaúnde y García) se atrevió a desmantelar.
Hubo que esperar hasta los años 90 para que el Perú desechara ese modelo y se olvidara por completo de ese fenómeno que genera terribles consecuencias en todos los ámbitos de la economía.
Hoy, el drama lo vive Venezuela, el país más agobiado del mundo, con una hiperinflación que ya excedió largamente el millón por ciento anual y que no por coincidencia es resultado de una política económica del mismo tipo, y por ende tan nefasta, como la que arruinó al nuestro.
Las lecciones de la historia están allí, para ser tomadas como ejemplo de lo que se debe y lo que no se debe hacer, pero lamentablemente algunos gobernantes no lo entienden y continúan insistiendo con políticas claramente fracasadas, que sólo generan el empobrecimiento y la infelicidad de su gente.
Las lecciones de la historia están allí, para ser tomadas como ejemplo de lo que se debe y lo que no se debe hacer, pero lamentablemente algunos gobernantes no lo entienden y continúan insistiendo con políticas claramente fracasadas, que sólo generan el empobrecimiento y la infelicidad de su gente.
Es imposible ya hacer un vídeo comparativo con otros países con la inflación actual de Venezuela
ResponderEliminarPufff, Venezuela ya ni hay referente.
ResponderEliminarGracias a Bealuende 2 y Alan 1... el Peru pasa al record mundial de paria...
Los militares no arruinaron al Peru, lo arruino la democracia.
Los militares (léase Velasco) sí arruinaron al Perú, pues fueron ellos los que implantaron el desastroso modelo controlista, estatista y proteccionista, repleto de distorsiones, que ahuyentó la inversión privada y desequilibró por completo la economía (de tal manera que el golpista y dictador se fue el año 1975 dejando una inflación cuatro veces más grande que la que encontró, y una economía haciendo agua por todas partes, incluyendo una enorme deuda externa que en 1978 nos obligó a recurrir al FMI).
EliminarEl gran pecado de los gobiernos democráticos siguientes fue haber mantenido pusilánimemente ese esquema nefasto, en lugar de desecharlo.
La prueba de lo anterior es que la economía peruana resurgió como por arte de magia en los años 90 apenas dejó de lado ese ruinoso modelo y adoptó el de una economía libre y abierta al mundo. Otra prueba está en el hecho de que muchos países latinoamericanos corrieron la misma lamentable suerte con ese ruinoso modelo, desde Allende en Chile hasta Lula en Brasil, pasando por los Kirchner en Argentina y Chávez y Maduro en Venezuela.