Felizmente, ese dato y la curva que lo representa cambiarán de tendencia muy pronto, pues en los siguientes meses seguirán un trazo muy parecido al señalado por los puntos rojos (y luego por los verdes).
Ese trazo ha sido obtenido por nosotros estimando un crecimiento mensual de 1% (solo un poco mayor al obtenido en diciembre) en enero, luego una caída de 4% (que considera la última cuarentena pero que quizá sea demasiado pesimista) en febrero, y posteriormente avances de 10% en marzo (mes en el cual comenzó el desplome del 2020), 30% en abril (que en el 2020 fue el mes de caída más terrible) y 20% en mayo (que en el 2020 fue el segundo mes más duro). Son estimaciones razonables, que consideran tasas de rebote menores a las caídas de los meses correspondientes del año anterior, y, por lo tanto, accesibles.Con ellas, nuestro país solo profundizaría un poco más su caída anualizada en enero y febrero. Luego, la curva tomaría una tendencia totalmente creciente, y en marzo la caída ya sería de un solo dígito, en abril de 5% y en mayo de apenas 1%. Un mes después, en junio, saldría del hoyo, pues lograría una tasa positiva de poco más de 1%, y, de la mano de esa sostenida recuperación, cerraría el año con un crecimiento de aproximadamente 9%, tal como están previendo el equipo económico y también varios analistas privados.
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