Lo hizo al comentar la aprobación (durante la gestión del ex ministro Graham) del decreto que redujo de 18% a 8% el IGV para los restaurantes. Ello ocurrió pese a la negativa del ministerio, cuya política es que no existan tratos preferenciales ni exoneraciones, como tampoco aumentos de tasas, ni impuestos a las sobreganancias mineras. Además, la norma no tenía el menor sentido, pues los pequeños restaurantes empleados como pretexto para la reducción no pagan IGV.
Burneo tambien criticó, por antitécnica y atentar contra el empleo de miles de personas, la norma que prohíbe la tercerización laboral.
Su advertencia fue bien recibida por los especialistas en el tema, teniendo en cuenta el daño que medidas demagógicas como la señalada le hacen a la caja fiscal y al esquema general de la política económica.
Uno de ellos fue el ex ministro Castilla, quien respaldó a Burneo y lo instó a defender los fueros del MEF, que al igual que el BCR es una de las pocas islas de sensatez en la actualidad. Ambas entidades están impidiendo, en el marco del sólido modelo económico vigente desde los años 90, que el país se desbarranque al ritmo de un gobierno repleto de ignorancia, planteamientos absurdos y decisiones cuestionables.
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