Con su política heterodoxa, Lula y Dilma han puesto en graves aprietos a la economía brasileña.
Y poniendo de manifiesto que su situación le preocupa profundamente, no sólo se la redujo un nivel, como es lo usual, sino directamente dos, pasándolo del Baa3 en que se hallaba al Ba2, es decir del más bajo escalón del prestigioso Grado de Inversión al segundo más alto del despreciado Grado de Especulación.
Antes ya habían tomado una acción parecida las otras dos grandes agencias calificadoras, Standard and Poor's y Fitch. Con el dramático agravamiento de su situación económica, y también política, lo de Moody's era ineludible.
La mencionada degradación significa que ya ninguna de las tres agencias considera a Brasil un país confiable en materia crediticia. Ello se explica por el fuerte deterioro de sus condiciones macroeconómicas, con exportaciones en franco descenso debido a la considerable baja de los precios de los commodities como el hierro y la soya, una actividad productiva que apenas logró crecer en el 2014, cayó un muy preocupante 3.8% en el 2015 y volvería a caer este año, serios problemas fiscales, una deuda pública que se acerca al 80% del PBI, una inflación de dos dígitos que no cede, una moneda sumamente debilitada y, para colmo de males, los ya mencionados problemas políticos, que inclusive podrían terminar en la destitución de la presidenta Rousseff. Por lo tanto, consideran que han desmejorado sustantivamente sus perspectivas y su capacidad de pago de la deuda.
De esta manera, el gigante sudamericano, que hasta hace unos años parecía tocar el cielo con su política heterodoxa y lucía con orgullo su triple Grado de Inversión, lo perdió por completo, precisamente por los desequilibrios generados por esa cuestionable forma de encarar la economía (en la cual la responsabilidad fiscal no suele ser prioritaria). Y por si fuera poco, ha sido señalado con perspectiva Negativa, lo que implica que de no lograr una pronta mejoría en las condiciones señaladas, la próxima evaluación implicará una nueva rebaja.
Con Venezuela en condiciones macroeconómicas lamentables, Brasil en dificultades como las mencionadas y Argentina habiendo desaforado a su presidenta para reemplazarla con un mandatario de una línea totalmente opuesta, no cabe duda de que la heterodoxia latinoamericana, aquella que en su afán de darle un gran protagonismo al Estado descuidó las más elementales reglas de la ciencia económica, vive su momento más complicado.
Foto: Página Popular.net
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