Allí se puede ver que el cobre continuó siendo la principal exportación. En el referido año contabilizó US$ 13,893 millones, que implicaron una reducción de 7.00% frente al año 2018 y le permitieron representar el 29.13% de las exportaciones totales (US$ 47,688 millones).
Le siguió, aunque a mucha distancia, nuestra otra gran exportación, el oro, con US$ 8,482 millones, que representaron el 17.79% del total.
Más atrás se situaron el petróleo crudo y sus derivados, el zinc, los papeles y químicos, el plomo, la harina de pescado y los textiles, todos con más de US$ 1,000 millones.
Luego se ubicaron el hierro, que duplicó su monto y quedó muy cerca de la referida cifra, y la pota (calamar gigante), que también tuvo un avance considerable.
Tras ellos se posicionaron cuatro productos de agroexportación: las uvas (US$ 875 millones), las frutas, legumbres y hortalizas en conserva (831), los arándanos (825, tras un notable crecimiento de 50%) y las paltas (752). Todos ellos con claras posibilidades de sumarse pronto al selecto grupo de los que venden por más de US$ 1,000 millones.
Cabe resaltar el avance de los productos no tradicionales, que ocuparon tres de los diez primeros lugares, y siete de los quince.
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