Es que la enfermedad está poniendo en riesgo un bien público global esencial, la salud humana, y afectará la economía mundial tanto por el lado de la oferta como de la demanda, a través de la interrupción de las cadenas de producción (que golpeará severamente al comercio mundial) y la pérdida de ingresos y ganancias, debido a un alza del desempleo y mayores dificultades para cumplir con las obligaciones de deuda.
Y por supuesto impactará a la región de América Latina y el Caribe, que como consecuencia de ello decrecería 1.8%, cuando más bien intentaba dejar atrás su ínfimo crecimiento de 0.1% en el año 2019. Así las cosas, el desempleo subiría diez puntos porcentuales, el número de personas pobres pasaría de 185 a 220 millones y el de personas en extrema pobreza extrema de 67 a 90 millones.
El referido impacto regional ocurrirá a través de varios canales.
El primero sería el de la disminución de la actividad económica de varios de los principales socios comerciales en las exportaciones de bienes de los países de la región. Las ventas a China, principal socio comercial de Chile, Perú y Brasil, podrían caer hasta 10.7% en valor.
El segundo sería el de la caída del turismo, que impactaría más severamente a los países del Caribe. Si este año la prohibición de viajes a causa del virus se prolonga por uno, dos, o tres meses, la actividad turística en el Caribe se contraería 8%, 17% y 25%, respectivamente.
El tercero sería el de la interrupción de las cadenas globales de valor. Esto afectaría principalmente a México y Brasil, países que importan partes y bienes intermedios desde China para sus sectores manufactureros (en especial en los casos de repuestos para automóviles, electrodomésticos, productos electrónicos y farmacéuticos).
El cuarto sería el de la caída de los precios de los productos básicos (commodities), afectando especialmente a los países exportadores de materias primas de América del Sur (entre ellos el Perú).
Exportación del cobre de Antamina por el puerto de Punta Lobitos, Huarmey.
Afortunadamente, este terrible panorama global toma al Perú con sólidos fundamentos macroeconómicos, que ciertamente no impedirán que sea fuertemente golpeado, pero sí le permitirán absorber el impacto bastante mejor que sus pares de la región. Otro hecho positivo para nuestro país es que China, el principal mercado para nuestros productos, se recuperaría bastante más rápido que Estados Unidos y los países europeos, al estar comenzando a dejar atrás el nefasto virus.
Foto: Ausenco
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