Felizmente, deja el cargo con una situación sanitaria muy mejorada, gracias al aumento del equipamiento (plantas de oxígeno, camas UCI, etc), la mejora del desempeño del personal y un proceso de vacunación que comenzó con atraso y lentitud, pero luego se aceleró en forma notoria, de la mano del creciente número de dosis llegadas al país.
Además, lo deja con una economía recuperándose muy fuertemente, a tal punto que al final de este año el Perú podría superar por completo los estragos de la pandemia y retornar al nivel productivo del 2019. De ser así, se encumbraría como uno de los países latinoamericanos que más rápido se normalizaron en tal aspecto, superando inclusive a varios que el año pasado cayeron mucho menos que el nuestro.
Dos innegables méritos de su gestión, que se debe reconocer. Ojalá la recuperación de la confianza y la esperanza a la que se refirió como uno de sus principales logros no sea dilapidada con propuestas insensatas por el gobierno que se inicia hoy.
Foto: Presidencia
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