Esto ya viene ocurriendo en múltiples sectores, y desde hace muy poco tiempo también en el educativo, donde en el presente año se prevé invertir bajo tal modalidad 1,800 millones de soles (unos US$ 580 millones). El cuadro adjunto, publicado, por el Ministerio de Educación, nos muestra los paquetes de proyectos seleccionados para este año, referidos a escuelas en estado riesgoso que requieren urgente mejoramiento de su infraestructura.
Otra vía es la que busca aprovechar en favor de la educación el notable éxito que ha tenido el programa de Obras por Impuestos (OxI), aquél mediante el cual el Estado, en lugar de esperar a que se complete todo el largo proceso de pago tributario, recaudación fiscal, elaboración presupuestal y gasto público, permite que las empresas financien y construyan de manera muy expeditiva proyectos públicos elegidos por los gobiernos regionales, gobiernos locales y universidades públicas, deduciendo luego dicho gasto de su obligación tributaria (el impuesto a la renta de tercera categoría).
OxI: moderna escuela construida en Ventanilla por el Banco de Crédito.
La idea detrás de esta iniciativa es la de que una rentabilidad razonable en el negocio educativo no es en absoluto incompatible con una alta calidad en él.
Este rápido recuento, al igual que el anterior referido a la participación estatal, nos permite ver que, si bien la educación en nuestro país aún se halla en un nivel sumamente bajo (prueba de lo cual fue la más reciente prueba PISA, en la que el Perú se ubicó último entre los 65 países que la rindieron), viene haciendo progresos que hacen prever tiempos mucho mejores, tanto en materia de indicadores y rankings, como de lo que ello supone en el objetivo del desarrollo nacional.
Foto: BCP
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