Falso: las Mineras No Se Llevan el 70% de las Ventas

Gran parte del permanente hostigamiento de algunos sectores políticos hacia la minería y la inversión extranjera se basa en sugerir que esas empresas casi no pagan impuesto a la renta, o que se llevan como utilidad casi el total de lo que venden. Ambas cosas son falsas.

La última prueba al respecto la ha dado el candidato Pedro Castillo, quien en una reciente entrevista, revelando un total desconocimiento del tema, dijo que las empresas se apropian del 70% de lo que venden, y que esa es una de las razones para estatizarlas.

Por ejemplo, si Southern (SPCC) tuvo Ventas por US 3,154 millones (como efectivamente ocurrió el año pasado), esas personas insinúan (algunas veces por desconocimiento y otras con el evidente afán de engañar) que casi todo ese enorme monto va a parar a sus accionistas.

Obviamente, no es así, porque de allí hay que descontar un monto igualmente muy grande llamado Costo de Ventas, que ascendió a US$ 1,667 millones. Este incluye todo lo que la empresa tuvo que desembolsar para poder llevar a cabo su complejo y costoso proceso productivo (remuneraciones de profesionales y técnicos altamente especializados, electricidad, agua, explosivos, material de transporte, equipamiento metalmecánico y de otros tipos, materiales de construcción, herramientas, petróleo, gas, productos químicos, insumos diversos y muchas cosas más). 

Y a lo que quedó luego de esa primera etapa (US$ 1,487 millones) hay que descontarle los Gastos de Ventas y Distribución, Gastos de Administración y Otros Gastos Operativos. Es decir sueldos y salarios del personal de estas áreas, equipamiento de oficinas, seguridad, pago de servicios (luz, agua, telecomunicaciones), publicidad, transportes, alquileres,  y otros numerosos rubros.

Eso dejó una Ganancia Operativa de US$ 1,354 millones, a la cual hay que restar los Gastos Financieros (los intereses por los cuantiosos créditos previamente concertados para efectuar las grandes inversiones que caracterizan a todo proyecto minero).

Así, y luego de considerar otros conceptos (por ejemplo una ganancia por diferencial cambiario) se llega a la Ganancia Antes de Impuestos, que fue de US$ 1,370 millones. A esa cantidad es que se le aplica el Impuesto a la Renta, que en este caso resultó de US$ 579 millones. La tasa es del 29.5%, pero (como se comprueba al dividir la segunda cifra entre la primera) aquí equivalió al 42%. Eso desmiente la tesis de que estas empresas no pagan impuestos o pagan uno ínfimo.

Recién al descontar dicho tributo se obtiene la Utilidad Neta, que fue de US$ 790 millones. Eso significa que la empresa no "ganó y se llevó casi todo lo que vendió" (como dice la falsa letanía), ni tampoco el 70% de dicha cifra (como dice con total desconocimiento Castillo), sino solo el 25%. Una tasa totalmente normal y razonable, comparable a la de cualquier otro negocio.

El Estado, por su parte, ganó el 18%, casi tanto como la empresa, pero sin haber tenido que aportar ni un solo dólar, ni arriesgar ni una pizca de su presupuesto. Tan solo permitiendo que la empresa trasnacional extrajera una riqueza que sin su multimillonaria inversión hubiera permanecido enterrada, sin favorecer a nadie.

De otro lado, hay que recordar que los metales no siempre tienen buenos precios, por lo que las mineras tienen épocas en las que registran pérdidas (que deben ser asumidas por sus accionistas). Lo mismo ocurre durante los cuatro o cinco años que tarda construir una mina, lapso de tiempo en el cual la empresa tiene egresos por cientos o miles de millones de dólares, pero ni un solo dólar de ingreso. 

Asimismo, se debe tener en cuenta que no toda la utilidad neta va a parar a los bolsillos de grandes empresarios extranjeros. Parte de ella se queda en el Perú, por ejemplo en las manos de los millones de afiliados a las AFP (que invierten en acciones de empresas como esta) o de los miles de participantes en los fondos mutuos. Además, muchas de las compras de bienes y servicios (aquellas de las que hablamos en el rubro Costo de Ventas y también en los de Gastos) se efectúan aquí en el país, como lo demuestran los centenares de empresas grandes, medianas y pequeñas que se articulan con ellas para abastecerlas.