Es que ello implica que las tasas de interés que deberán pagar en siguientes emisiones se mantendrán igualmente bajas. Una disminución del rendimiento significa menor tasa a pagar y viceversa.
El Perú ha estado logrando tal cosa desde hace mucho tiempo, con rendimientos cada vez menores para sus bonos soberanos (del Tesoro), que reflejan la sostenida reducción de su riesgo, y por ende su creciente capacidad de obtener financiamiento barato y a plazos cómodos.
Lamentablemente, como se aprecia en este gráfico publicado por el BCR, esa situación ha variado desfavorablemente desde que se conoció el resultado preliminar de la segunda vuelta de la elección presidencial, y se ha agravado con la confirmación del hecho, y la llegada al poder de una gestión que busca cambiar el modelo económico actual.
Se aprecia cómo el rendimiento se eleva cada vez más. Así, el de fines de julio es claramente mayor que el de fines de junio, para casi todos los plazos considerados. Es decir, además de la reaparición de la inflación, el debilitamiento del sol y la pérdida de reservas internacionales, el nuevo gobierno también está provocando que se eleve el riesgo de nuestro país, y por ende el costo del financiamiento internacional. Debido a eso, si el Perú emitiera bonos hoy tendría que pagar una tasa de interés mayor que la que pagaba a inicios del año.
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