El Perú en el Ranking Latinoamericano: Pobreza y Extrema Pobreza 2013

Si bien una eficaz política de redistribución del ingreso es muy importante, la estabilidad y el crecimiento económico son, con su secuela de escasa variación de precios y de mejora de los niveles de empleo y salarios, las armas más poderosas para reducir de manera consistente el nivel de pobreza de un país.

Pero dado que el mundo y América Latina recién están intentando dejar atrás una aguda crisis, y afrontando todavía un período de crecimiento bastante débil, la lucha contra el referido problema social se está viendo afectada. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), esa difícil situación, que ha provocado la desaceleración de nuestra región, se ha reflejado en una tasa de pobreza que, después de haberse reducido sustantivamente entre los años 2002 y 2008 (de 43.9% a 33.5%), lo ha hecho mínimamente entre el 2011 y el 2014 (de 29.6% a 28.0%, con una baja casi nula en el último año). La tasa de extrema pobreza o indigencia, que había descendido significativamente en el primer período (de 19.3% a 12.9%), más bien aumentó en el segundo (de 11.6% a 12.0%).

Luego de ese preámbulo, veamos los siguientes datos del organismo, publicados en diciembre último en su documento Panorama Social de América Latina 2014. Éstos, correspondientes al año 2013, se refieren al porcentaje de la población total del país que se halla afectada por los referidos males (medidos por el nivel de ingresos).

La data cepalina nos dice que Argentina es el país menos agobiado por la pobreza y la extrema pobreza, pues sólo el 4.3% de su población es pobre y sólo el 1.7% indigente. Sin embargo, los cuestionamientos a varias de sus más importantes cifras oficiales, incluyendo la de inflación (que claramente incide en el nivel de pobreza) dejan dudas acerca de estos datos.

Uruguay, con cifras mucho más confiables, figura segundo en esta relación, con una tasa de pobreza de sólo 5.7% y una de indigencia casi nula. Chile también destaca en la materia, con tasas de 7.8% y 2.5%, respectivamente. resultantes de una política económica que desde hace muchos años promueve el crecimiento y la inversión.

El gigante regional, Brasil, se sitúa quinto, con tasas relativamente bajas, que se explican básicamente por la política redistributiva de sus sucesivos gobiernos, y no por el crecimiento del país, que en lo que va del siglo viene siendo uno de los menores de esta parte del mundo.

El Perú, antaño un país rezagado en esta materia en la región, actualmente se ha logrado ubicar entre los siete de menor pobreza, gracias a una política económica que ya lleva dos décadas, y que, por estimular la inversión privada y el crecimiento, también ha generado una sustancial mejora del empleo y los ingresos. Eso ha permitido que la pobreza y extrema pobreza se reduzcan sostenidamente año tras año, y en el 2013 se sitúen en tasas de 23.9% y 4.7%, respectivamente. Lo mismo se puede decir del pequeño país que nos antecede en este ranking: Panamá, cuyo espectacular crecimiento, el mayor de América Latina, le está permitiendo mejorar aceleradamente en éste y otros indicadores socioeconómicos.

Nuestro país supera a Colombia, y sorprendentemente también a Venezuela y México, dos países de mayores ingresos por habitante y que tradicionalmente lo superaban. Sobre Venezuela, cabe señalar que está sufriendo las consecuencias de una pésima política económica, que ha ahuyentado la inversión privada y propiciado el estancamiento, la inflación, el desabastecimiento y la desvalorización de la moneda, factores que han repercutido muy negativamente en el nivel de bienestar de la población. México, por su parte, padece las consecuencias de un crecimiento económico que durante un gran número de años se mantiene excesivamente bajo.

Bolivia, merced a una política económica bastante responsable (que le está haciendo crecer sostenidamente) y un importante nivel de gasto social, logró dejar atrás su condición de país con la mayor tasa de pobreza de Sudamérica.

La situación más preocupante sobre el tema ocurre en los seis países (un sudamericano, cuatro centroamericanos y un caribeño) que cierran la tabla, en todos los cuales la tasa de pobreza supera el 40% de la población. La situación de Honduras es particularmente crítica, pues, según la CEPAL, en el año 2010 allí el 69.2% de la población era pobre y el 45.6% extremadamente pobre.