La Pesca, por ejemplo, registró un espectacular incremento de 108.54% frente al de similar período del año 2019, y el Consumo Interno de Cemento creció a la notable tasa de 21.48%.
Por otro lado, la producción de Electricidad cayó apenas 0.3%, y la de Minería e Hidrocarburos a una no demasiado preocupante tasa de 3.71%.
Teniendo en cuenta el impacto de una buena captura pesquera en el subsector Fabril Primario de la Manufactura, es de esperar que este sector, el de mayor peso en el cómputo global, muestre un desempeño bastante mejor que el de noviembre, quizá logrando su primer número positivo de la época de pandemia. Un pronóstico igualmente optimista se puede hacer a partir del buen dato del consumo interno de cemento, principal componente del sector Construcción, que está reflejando la fuerte recuperación de la inversión (la del gobierno general aumentó cerca de 27%).
Además de lo señalado, hay datos alentadores en materia de consumo del gobierno (que avanzó más de 32%), recaudación del IGV (que obtuvo su primera cifra positiva en pandemia) e ISC (que está cerca de lograrlo), tributos aduaneros (que crecieron 17%, a su mejor tasa del año), crédito (que aumentó en todas sus formas), importaciones (que avanzaron en todas sus modalidades debido al aumento del consumo y la inversión) y población ocupada en Lima Metropolitana (cuyo número total disminuyó menos que en los ocho meses anteriores).
Del lado contrario, disminuyó el número de tarjetas de crédito, continuó aumentando la morosidad bancaria, las exportaciones cayeron 14% y retrocedió la venta de vehículos nuevos.
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