Gracias a la Reactivación, Disminuye la Morosidad

La recesión originada por las restricciones impuestas el año pasado en el afán de frenar los contagios por la pandemia provocó graves dificultades financieras a innumerables personas y empresas.

Eso se reflejó en la significativa elevación de la tasa de morosidad bancaria, representada por el ratio Cartera Atrasada/Créditos Directos, es decir, en el porcentaje de los créditos directos que se hallan en

situación vencida o de cobranza judicial.

Así, después de haber estado hasta julio del año pasado (excepto abril, en que dio un salto) en alrededor de 3.1%, en agosto inició una carrera fuertemente ascendente, hasta cerrar el año en un porcentaje de 3.8% que se mantuvo hasta febrero del presente año. 

Afortunadamente, en marzo se inició una visible reducción, que ha continuado en abril, mes en el cual el indicador ha descendido a 3.63%. Eso se explica principalmente por la cada vez más evidente reactivación de la economía, que al estar restableciendo los ingresos de los deudores les está permitiendo regularizar paulatinamente sus pagos. 

Sin duda los diversos programas de ayuda establecidos por el gobierno, que canalizaron recursos y extendieron las facilidades de pago, evitaron que la morosidad, aún elevándose, llegara a niveles peligrosos. 

Hacia el futuro el panorama ya luce más alentador, con una reactivación que se está mostrando realmente fuerte, y que, salvo que sea detenida por un absurdo cambio en el manejo económico, continuará, haciendo posible dejar atrás las secuelas de lo vivido en el fatídico año 2020.