Esa pérdida del empleo, que provocó la caída de los ingresos de la población de la capital y de todo el país, fue la principal razón para que el nivel de pobreza aumentara tan dramáticamente como lo hizo.
Afortunadamente, el dato de abril muestra que ya hay crecimiento. Es decir, la cantidad promedio de población ocupada en Lima en los últimos tres meses ya es mayor que la de un año atrás. El empleo, que suele tardar más que otros indicadores para recuperarse, ha comenzado a hacerlo. Y sin duda seguirá en ese favorable trance, al ritmo de una economía que claramente está volviendo a levantar vuelo.
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