miércoles, 21 de junio de 2023

Las Justas Protestas, ahora en Señal Nacional

Como tenía que ser, el tema de la absurda vía expresa que el MTC pretende construir sobre los cuatro kilómetros de la avenida Santa Rosa está trascendiendo y llegando a los principales medios de prensa.

Con ello, va dejando el perfil bajo con que la PMO francesa, el ministerio y Provías lo han estado manejando, en su afán de ejecutarlo a como dé lugar, y desoyendo las justificadas protestas de los chalacos, indignados porque con ello una de sus principales avenidas quedaría techada en sus cuatro kilómetros de largo por un viaducto de 31 metros de ancho y seis carriles, sostenido por cientos de enormes columnas.

Ese absurdo proyecto afectaría enormemente la zona, porque privaría de la luz solar y oscurecería totalmente la avenida, degradándola urbanísticamente, obligaría a talar cientos de árboles, propiciaría la proliferación de la suciedad y la delincuencia, generaría un enorme impacto medioambiental (por la desaparición de la vegetación y la circulación de miles de vehículos), y desplomaría el valor de los predios y el potencial comercial e inmobiliario de la zona, pues con una avenida que ya no tendría vegetación y áreas verdes, sino una desagradable mole de concreto recorriéndola, cubriéndola y afeándola de punta a punta, se reducirían notoriamente los incentivos para invertir en nuevas viviendas, edificios y conjuntos residenciales.

Con un viaducto que haría que los numerosos usuarios del aeropuerto (los viajeros y los empleados de la ciudad-aeropuerto que se construirá en su zona de acceso) pasaran de largo, en lugar de tener al Callao como una opción de compra, gastronómica, de esparcimiento, turística, cultural, etc, el futuro de la zona se vería enormemente golpeado.

La avenida, que podría beneficiarse tremendamente gracias a las salidas que por fin podrá tener en sus dos extremos (hacia el aeropuerto y hacia la Costa Verde) vería frustradas sus expectativas. El Callao no se beneficiaría en nada con la obra, y se perjudicaría en múltiples formas.

El MTC debe dejar de seguir perdiendo el tiempo con ese absurdo proyecto (que además está siendo llevado a cabo de una forma que hace desconfiar de sus motivaciones), y concentrarse en soluciones que sí sean sensatas. El aeropuerto debe quedar integrado con la ciudad de una manera racional, potenciando todas las avenidas de interconexión, y no recargando toda la circulación sobre una sola, condenándola a quedar destruida urbanísticamente y en muchos otros aspectos.

Ese objetivo debe ser impulsado promoviendo corredores viales, mejorando el diseño de las arterias actuales, modernizando los sistemas de semaforización, estableciendo nuevas rutas para los sistemas integrados de transporte, y propiciando la rápida conclusión de proyectos fundamentales y de gran envergadura, como la prolongación de la autopista de la Línea Amarilla, y la aceleración de las líneas 2 y 4 del metro. Esta última, que tendría que ser una de las protagonistas en el tema del flujo hacia el aeropuerto, y cuya prolongación hacia las avenidas Faucett, La Marina y Javier Prado debería estar siendo priorizada, es, increíblemente, la que menos atención viene recibiendo por parte del MTC (cosa que también llama poderosamente la atención).

4 comentarios:

  1. Lo felicito. Ahora sí está de acuerdo con las protestas. Incluso las llama justas. Nunca es tarde para recapacitar.
    Por inferencia lógica asumo que también las considerará así cuando se presenten en otros lugares del país.
    Saludos cordiales.

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    1. No debería felicitarnos, por tres contundentes razones: 1. No hemos cambiado un ápice nuestra posición, que sigue siendo exactamente la misma con la cual ya rebatimos contundentemente la suya. 2. No concordamos en nada con lo que usted sugiere ni plantea. 3. Estas protestas no tienen nada en común con la mayoría de las ocurridas a fines del año pasado e inicios del actual, que estuvieron repletas de violencia (con incendios de locales públicos, ataques a las comisarías, ataques a la policía con muerte de varios de sus miembros, bloqueos de carreteras que desplomaron la actividad turística y productiva del sur del país e intento de toma de aeropuertos, en actos que claramente califican como terrorismo.

      Mientras las protestas chalacas de hoy tienen un propósito totalmente atendible, las de aquel momento de la izquierda radical pretendían la reposición del delincuente y golpista Pedro Castillo, que con total justificación fue vacado y ahora permanece en el único lugar donde merece estar: la cárcel.

      En este blog seguiremos defendiendo toda protesta pacífica (como las que hubo en Lima protestando sin violencia contra el gobierno de Boluarte en marzo y abril), pero de ninguna manera aquellas con palos, piedras, fierros, bombardas y bombas molotov con las cuales el extremismo persigue su mismo cínico objetivo de toda la vida: azuzar a punta de mentiras a la población más desinformada para generar muertes y luego traficar con los cadáveres. Esa ha sido su historia desde siempre, en el Perú y en todas partes. Una historia repleta de violencia, victimización, mentiras descaradas, tráfico de cadáveres, acusaciones contra las fuerzas del orden, alcahueteo de sus organismos cómplices (que siempre están dispuestos a ser su caja de resonancia internacional), y finalmente toma del poder, para atornillarse eternamente a él, como en Cuba, Venezuela o Nicaragua, destrozando la institucionalidad democrática y propiciando (al aplicar su desastroso ideario) el cataclismo económico y la ruina.

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  2. tanto post respecto a este tema? pareciera que tiene propiedades en dicha avenida

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    1. No hay necesidad de tener propiedades en esa zona. Basta tener una elemental idea acerca de lo que es sensato y racional y lo que no lo es. Y está clarísimo que este aberrante proyecto, de techar con una horrenda mole la totalidad de una avenida importante, ocasionándoles terribles perjuicios a quienes viven en sus inmediaciones, es absurdo desde todo punto de vista, además de una afrenta contra el Callao, al considerarlo un simple lugar de paso, indigno de recibir ningún beneficio derivado del nuevo terminal aéreo, y sí elegible para imponerle todos los enormes costos de lo que se quiera hacer en aras de satisfacer intereses ajenos. No importa el lugar. Lo mismo diríamos si se pretendiera perpetrar un despropósito de este tipo en Javier Prado o Larco, o en la calle que pasa frente a su casa.

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