Eso se refleja en el gran número de condominios y edificios residenciales que vienen apareciendo en sus diversos barrios, donde ya son cien los edificios de diez o más 10 pisos, casi veinte los de 15 o más y varios los que se aproximan a los 20.
Si bien eso no es nada extraordinario, sí constituye una señal del dinamismo económico y de la mejora del nivel de vida que se está produciendo en una ciudad donde (reflejando la virtual parálisis anterior del rubro) el edificio Servat (ahora denominado España), construido en los años 70 y de apenas doce pisos, había reinado en altura, sin competencia alguna, durante tres décadas.
Pero con este siglo llegó el boom inmobiliario, y el Servat no sólo fue sobrepasado en altura por el Húsares, sino también por decenas de otros edificios, entre ellos los dos de la primera foto: el Valderrama, situado a la derecha e inaugurado hace unos pocos años y el Mirador de Primavera, situado a la izquierda y próximo a quedar concluido.
En la Villa Bolivariana está el más alto, de 18 pisos.
Todos ellos están cambiando la fisonomía de la ciudad, contribuyendo a delinear un incipiente skyline y, lo que es más importante, mostrando que la bella Trujillo sigue adelante en su empeño de brindar condiciones de vida cada vez más apropiadas a su población, así como a consolidarse, junto a Arequipa, como una de las urbes peruanas más importantes después de la capital.
1ra Foto: CondeSky1-Skyscrapercity
2da Foto: Adondevivir.com
Hermoso Trujillo!
ResponderEliminarMuy bello trullo
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