En él afirmó que el mandatario podría recurrir a diferentes opciones jurídicas para frenar las intenciones del legislativo, entre ellas la de acusarlo de sedición, y la de plantear una acción de amparo.
Por otro lado, nuevas voces se han manifestado contra la pretensión congresal. Este blog está de acuerdo con ellas, en tanto que señalan que el país tiene hoy prioridades demasiado graves como para estar intentando sacar prepotentemente del poder, forzando situaciones y recurriendo a pruebas nada contundentes, a un presidente que culminará su mandato en apenas diez meses, y que ha convocado a unas elecciones generales que se realizarán en tan solo siete.
Esas voces e innumerables más no sugieren poner las manos al fuego por Vizcarra. Simplemente exigen que se actúe (y eventualmente se sancione) únicamente cuando, después de investigaciones serias y profundas, y a cargo de personas idóneas y con la debida autoridad moral, se llegue a conclusiones inequívocas.
El “fujiaprismo” como argumento de enfrentamiento y tildar a los congresistas de “fanáticos religiosos” revelan la distancia que separa a esta nueva “élite” de los peruanos que se sienten representados por el fujimorismo, aprismo, frepepismo, “acuñismo”, etc. Eso es democracia, algo que ni Rosa María Palacios ni sus relacionistas públicos parecen entender.
ResponderEliminarPero hay algo más: aquí se ha menospreciado a la democracia, bajo la hipótesis de que algunos creen que están por encima de la decisión de las urnas. Los congresistas son elegidos por voto, no son puestos “a dedo”, como podría ser el caso de un club de tenis.