Con ello, el PBI acumula un crecimiento de 3.80% en el primer trimestre, el más alto entre las siete principales economías latinoamericanas. Además, su tasa anualizada (la de los últimos doce meses) deja de caer a doble dígito, pues pasa de -11.94% en febrero a -9.48%, con clara tendencia a seguir mejorando.
Contrariamente, los que más vienen frenando el avance, con puntos en contra, son Transporte, Almacenamiento, Correo y Mensajería (0.90), Alojamiento y Restaurantes (0.87) y Otros Servicios (0.56).
Es bueno que nuestro país esté emprendiendo, ahora sí con mucha fuerza, y de la mano de una economía muy sólida, el camino de su recuperación, luego del terrible año 2020. Ojalá el 6 de junio haya un resultado electoral que no corte esa tendencia, pues eso permitiría cerrar el año con el 10% (o quizá algo más) previsto por los analistas, y compensar casi todo o todo lo perdido en el anterior.
Ese gran dato ocurrió pese a que el sector externo no contribuyó, pues las exportaciones cayeron 9.9% en términos reales (las tradicionales disminuyeron 21.9%, pero las no tradicionales aumentaron 28.0%).
Por sectores, el crecimiento sectorial fue casi generalizado. Los de mayor expansión fueron Construcción (que más que duplicó su volumen productivo de marzo del año pasado), Manufactura y Pesca. También avanzaron significativamente Financiero y Seguros y Minería e Hidrocarburos. El único que cayó fue el Agropecuario.
Con ello, la Construcción se erige como el que más ha contribuido con el alza del PBI en el trimestre (con 2.00 de los 3.80 puntos logrados por este). Le siguen Manufactura (1.80) y Financiero y Seguros (1.17).
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