Por eso ya no hubo ningún país con inflación negativa (habían sido tres el año anterior), y casi todos elevaron su tasa del indicador (excepto Guatemala y Venezuela, que igual sigue teniendo un dato terrible).
Bolivia es el país menos inflacionario, pues allí los precios apenas subieron 0.90%. Le siguen Ecuador y Panamá, ambos disfrutando del anclaje de una economía dolarizada. Guatemala y Costa Rica también lograron datos muy aceptables.
Bolivia es el país menos inflacionario, pues allí los precios apenas subieron 0.90%. Le siguen Ecuador y Panamá, ambos disfrutando del anclaje de una economía dolarizada. Guatemala y Costa Rica también lograron datos muy aceptables.
Colombia, Perú y Chile más que triplicaron sus tasas, y con ello se salieron claramente de sus rangos meta, igual que México y otros.
El gigante regional Brasil más que duplicó su cifra previa y con ello ingresó al inquietante terreno de los dos dígitos. Argentina, desde hace mucho con la segunda más alta tasa regional, la elevó considerablemente, bajo el impulso de sus desbordes fiscal y monetario.
Venezuela redujo notablemente su dato, principalmente por la mayor estabilidad propiciada por la espontánea dolarización llevada a cabo por la población tras repudiar su moneda que no vale nada. Sin embargo ello no ha impedido que el país continúe siendo, por mucho y acorde con sus desequilibrios, el más inflacionario de esta parte del mundo.
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