Esta vez la demanda externa volvió a contribuir, pues las exportaciones aumentaron a la considerable tasa de 10.6% en términos reales (las tradicionales avanzaron 20.4% y las no tradicionales cayeron 10.0%).
Seis sectores cayeron en julio, habiendo sido cuatro los más afectados. El de peor performance fue Pesca, que con su enorme caída de casi 48% arrastró a la importantísima Manufactura (por el negativo impacto del hecho en su subsector Fabril Primario, en su rama productora de harina de pescado), haciéndole retroceder casi 14%. Otros de gran declive fueron Financiero y Seguros y Construcción. También retrocedieron, aunque mucho más levemente, Telecomunicaciones y Otros Servicios de Información y el sector Agropecuario. La muy importante Minería e Hidrocarburos continuó creciendo a gran ritmo.
Con esos datos, Minería e Hidrocarburos se encumbra como el principal aportante al dato global en lo que va del año, con 1.10 puntos. Le siguen Otros Servicios (0.55) y Comercio (0.30).
En el lado opuesto, Manufactura se constituye en el principal responsable de la caída global de 0.58 puntos, al estar restando 0.87 al cómputo. Le siguen Construcción (0.57) y Financiero y Seguros (0.52).
Está claro que (tal como lo anticipan todos los pronósticos) este año no será nada bueno, y que en el mejor de los casos se conseguirá un avance modesto. La situación productiva, que comenzó negativamente con la incertidumbre provocada a inicios del año por la violencia de los radicales, se ha complicado aún más debido al factor climático, y al parecer ello continuará, afectando enormemente a la volátil pesca, a la importante parte de la manufactura que se vincula con ella y al agro.
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