Su construcción, que ha demandado una inversión de US$ 100.2 millones, ha implicado la instalación de cuatro boyas de amarre, cada una de ellas conectadas al fondo del mar por un sistema de anclaje, un muelle y una plataforma de servicio marítimo y terrestre.
Esa moderna infraestructura permitirá recibir las 410 mil toneladas anuales de ácido sulfúrico que requerirá el proyecto para producir concentrados y cátodos de cobre. El fundamental insumo será transportado mensualmente en naves de hasta 165 metros de eslora, 9.8 metros de calado y una capacidad de entre 15 mil a 20 mil toneladas.Con ello, todo va quedando expedito para que la gran mina, que no empleará agua del subsuelo sino del mar previamente desalinizada, comience a generar riqueza para la región y para todo el país.
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