Esa sorprendente condición geográfica le permite tener uno de los mares más ricos del mundo, disponer de una inmensa diversidad ecológica (con numerosos microclimas, aptos para infinidad de cultivos y una muy variada fauna), contar con una enorme riqueza minera, exhibir un gran potencial para generar energía eléctrica (ya sea por grandes ríos o por ríos pequeños pero de grandes caídas), albergar el lago navegable más alto del mundo, tener una gran riqueza paisajística, etc.
Pero también le supone grandes retos, como tener un suelo altamente sísmico, poseer muchas tierras necesitadas de agua, tremenda dificultad para interconectarse por carreteras, etc. No en vano Iquitos, con casi medio millón de habitantes, es la ciudad más grande del mundo sin acceso por tierra, pues solo se puede llegar a ella por avión o por río.
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