Gracias a su solidez derivada de excelentes fundamentos, la economía peruana peruana resistió a pie firme todas esas muy difíciles circunstancias. Pero el caos que está sufriendo ahora, y que ha instalado un terrible ambiente de incertidumbre y desánimo, superó su capacidad de aguante. Los absurdos planteamientos de modificar el modelo económico y cambiar la excelente actual Constitución para imponer un modelo estatista de extrema izquierda, que sin duda desincentivará la inversión privada, reducirá el crecimiento y afectará la recaudación fiscal y la capacidad de pago de la deuda, pasaron la factura.
Según la agencia, su decisión obedece a que "un entorno político continuamente polarizado y fracturado ha aumentado el riesgo político y debilitado materialmente la capacidad de formulación de políticas. Estas condiciones han afectado negativamente la confianza de los inversores y socavado la resistencia económica del Perú, lo que ha afectado negativamente sus perspectivas crediticias a mediano plazo."
En cuanto a la Perspectiva, que se mantiene Estable, Moody's señala que ello ocurre debido a que el país "continuará reteniendo un alto grado de fortaleza fiscal y resistencia económica en relación con sus pares." La agencia asume que "las acciones del gobierno serán consistentes con la senda de consolidación fiscal propuesta por las autoridades." Además, espera que "la política general y el marco institucional resultarán eficaces para equilibrar las fortalezas y los riesgos crediticios subyacentes."
Pero advierte que "desviaciones materiales de la trayectoria fiscal incorporadas en el escenario base de la agencia calificadora, cambios abruptos de política o cambios institucionales que fomenten la inseguridad política o legal afectarían negativamente el perfil crediticio del Perú, presionando a la baja la calificación soberana y la perspectiva."
De esta manera, el Perú, que gracias a su continua mejora económica había escalado posiciones a lo largo de numerosos años hasta colocarse de manera solitaria (con su calificación A3 lograda en julio del 2014) en el segundo mejor lugar latinoamericano, a solo dos escalones de Chile, retrocede absurdamente, por causa de una nefasta decisión electoral. Lo hace precisamente en el año que (con la pandemia en retroceso, la economía mundial reactivándose y los precios de nuestras exportaciones en alza) todo se había alineado para continuar progresando.
La mejora de los años previos le había permitido colocar sus bonos y financiarse en los mercados internacionales en mejores condiciones que todos los demás países latinoamericanos (exceptuando a Chile). Ahora, debido a la degradación, ello le costará un poco más. Y si no hace pronto algo radical para modificar el escenario político (la fuente de todo el problema), el deterioro continuará.
Se le recuerda que el deterioro de la situación económica comenzó el 2026 con la pataleta de la chiKa y que gracias al continuo deterioro político se ha generado está situación. Y la bajada de la calificacion se veía venir desde mayo de este año, aunque claro que en lugar de ayudar el gobierno actual puso la cereza el el pastel.
ResponderEliminarComo se aprecia en el gráfico que publicamos aquí:http://desarrolloperuano.blogspot.com/2021/09/moodys-historia-de-nuestra-calificacion.html, el Perú estaba con una tendencia tremendamente positiva en cuanto a calificación, razón por la cual subió seis escalones entre los años 2007 y 2014. Pero luego se estancó y nunca más volvió a subir.
EliminarEso ocurrió debido a la tibieza y pérdida de convicción en el modelo por parte de los sucesivos gobiernos, y también debido a la irracional oposición que Keiko Fujimori decidió llevar a cabo a partir del año 2016, generando un terrible enfrentamiento y ruido político que duró todos los últimos años, y que llevó a la dimisión de PPK, la disolución del Congreso y a la vacancia de Vizcarra. Luego vino la pandemia, pésimamente enfrentada por el gobierno. En todo ese largo período la economía se enfrió, pero no cayó, y la calificación se estancó, pero no retrocedió, pues se esperaba que, con sus sólidos fundamentos y el retorno de la calma política, la economía volvería a repuntar como en sus buenas épocas, haciendo posible una mejora de todos sus indicadores, incluyendo la calificación.
Pero luego llegó este gobierno, prometiendo explícitamente una revolución de extrema izquierda, con total cambio del modelo y una nueva Constitución que implica desbaratar y refundar todo. Esta es, por mucho, la razón principal del deterioro de la calificación. Con una revolución de izquierda radical de por medio, a ningún analista internacional se le ocurriría pensar que el Perú mejorará su posición fiscal y de deuda, ni que tendrá una actitud amigable con sus acreedores. Ergo, consideran que ya no merece seguir con la nota A3 propia de país intachable en el tema. Y si no resuelve pronto y de manera definitiva el problema político que tiene encima, la degradación continuará, no necesariamente escalón por escalón.