Con ellos dos ha llegado una real posibilidad de echar del poder a la desastrosa, criminal y corrupta dictadura promovida a inicios del siglo por el nefasto Hugo Chávez, cuyo "Socialismo del siglo XXI" destrozó a uno de los países más prósperos y democráticos de América Latina.
Nicolás Maduro, sucesor de ese impresentable y continuador de sus ruinosas políticas, ha perpetrado durante la actual campaña (siguiendo la tradición chavista) miles de actos antidemocráticos y descarados, en el afán de sabotear a como diera lugar la candidatura opositora. Pero sus burdas maniobras han sido inútiles, pues ni esta ha mostrado la menor debilidad, ni la población ha dejado de apoyarla, y más bien cada día la respalda más enfervorizada y multitudinariamente.
Tampoco le servirá de nada escamotear el resultado, como casi con seguridad intentará mañana, haciendo gala de su entraña mafiosa. Lo único que logrará con ello será una reacción super violenta de la población, que esta vez, entusiasmada al máximo con la posibilidad de zafarse por fin del sátrapa y recuperar su libertad y su institucionalidad democrática, ya no está dispuesta a tolerar otra de sus patrañas.
La elección ya ocurrió. Lo único que queda es plasmarla en los hechos. El único camino posible para el sátrapa es acatar la exigencia de la población e irse. Si no, deberá atenerse a las consecuencias.
Foto: La Gaceta
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