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jueves, 4 de febrero de 2010

Cambian las Ponderaciones en la Canasta de Consumo

A medida que la población de un país mejora su capacidad adquisitiva, cambia la composición de su canasta de consumo. Es decir, se modifica la estructura de su gasto.

El ejemplo más claro y didáctico está en el rubro de los alimentos. Una población pobre gasta la mayor parte de sus ingresos en satisfacer sus necesidades alimenticias, quedándole muy poco para las restantes, entre ellas las de vestido, vivienda, compra de bienes diversos, salud, educación, esparcimiento, etc.
Una población rica, en cambio, si bien gasta mucho más en alimentación, gasta en ello un porcentaje mucho menor de su ingreso total que un pobre, quedándole un saldo considerable para atender sus demás necesidades.

En ese proceso de mejora de la capacidad de compra y de variación de la estructura de consumo, el Perú ha hecho un avance significativo en los últimos años, el que se refleja en las nuevas ponderaciones de los ocho grandes grupos de consumo que componen la canasta familiar. Así lo acaba de dar a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INEI), entidad que, basada en los resultados de su más reciente Encuesta de Presupuestos Familiares, ha llevado a cabo, por fin, el esperado cambio del año base, pasando de la anterior (año 1994) a la actual (año 2009).

En el cuadro de arriba se puede ver, por ejemplo, que el grupo de consumo Alimentos y Bebidas ha disminuido notablemente su peso en el Índice General, pasando de 47.545 puntos a 37.818. El poblador peruano ya no gasta casi la mitad de su ingreso en alimentos. También ha disminuido el porcentaje de lo que gasta en Vestido y Calzado.

Los porcentajes dejados de gastar en esos grupos se han destinado a otros, incorporando bienes y servicios a los que antes no se podía acceder tan fácilmente. Sobresale nítidamente el grupo de Enseñanza y Cultura, con un notable incremento de seis puntos, que refleja que la población, dueña de una mejorada capacidad de consumo, ahora pone más énfasis en su educación, especialmente en la superior, que se universaliza rápidamente.

Otro tanto ocurre en el grupo de Transportes y Comunicaciones, cuya acrecentada ponderación revela, entre otras cosas, que la gente, ansiosa por comunicarse mejor, no duda en destinar parte de su presupuesto a la telefonía celular y al Internet. En este grupo, el rápido avance tecnológico también ha sido determinante para el reemplazo de un gran número de productos por otros más poderosos y eficientes.

También ha habido favorables evoluciones en los grupos Alquiler de Vivienda, Combustible y Electricidad, Muebles y Enseres, y Cuidado y Conservación de la Salud.

Las ponderaciones en detalle (hacer click para ampliar).

Todas esas mejoras, además de configurar una interesante nueva situación, permitirán que el dato mensual de inflación que calcula el INEI, y que se basa en las referidas ponderaciones, esté mucho más ajustado a la realidad.

lunes, 3 de agosto de 2009

Inflación ya está en el Rango Previsto

La tasa de inflación peruana (medida por el Índice de Precios al Consumidor de Lima Metropolitana) volvió a su rango normal, inferior al 3% anual.

La inflación, con los datos del INEI (hacer click para ampliar)

Luego de haberse desbocado a partir de octubre del 2007, llegando a su clímax en noviembre del 2008 con un muy preocupante 6.75%, acaba de cerrar julio con una tasa anualizada de sólo 2.68% (ver cuadro).

Si bien la mencionada escalada inflacionaria tuvo su origen en el mercado externo, lo que se reflejó en la enorme alza de precios de varias de nuestras principales importaciones (petróleo, trigo, soya, maíz), no es menos cierto que también se debió al recalentamiento que venía experimentando nuestra economía, cuya tasa de crecimiento, que en algunos meses estuvo por encima del 10%, resultaba insostenible. Fue eso lo que llevó al Banco Central a aplicar una política monetaria más restrictiva, plasmada en sucesivas alzas de su tasa de interés de referencia.

Afortunadamente, ese mal momento inflacionario ya quedó atrás, y ahora, tal como van las cosas, y teniendo en cuenta que la tasa acumulada entre enero y julio apenas llega a 0.21%, parece totalmente factible lograr, al cierre del año, una de entre 1.5% y 2%. Con eso, el Perú se volvería a ubicar, como antes de la crisis, entre los países con mayor estabilidad de precios en todo el mundo.

martes, 3 de febrero de 2009

Se Desinfla la Inflación

La inflación, que tantos dolores de cabeza causó a la población en los dos últimos años, y que afectó severamente la popularidad del gobierno, por fin tuvo en enero una notable desaceleración. Su índice subió apenas en 0.11%, como haciendo notar que, si ésa continúa siendo la tasa promedio mensual, la meta del 3% al cierre del año lucirá factible.

La buena noticia ocurre luego de largos meses con tasas por encima del 0.4% (inclusive hubo un mes con una elevadísima inflación de 1.04%). Ello había llevado a una tasa anual de 6.65% en el 2008, que había generado honda preocupación, habida cuenta de su grave efecto en el ingreso real de la población. De haber continuado en ese nivel, hubiera podido desbaratar gran parte de los logros en la lucha contra la pobreza.

El problema se inició en el año 2007, a raíz del considerable encarecimiento del petróleo y los alimentos en los mercados internacionales. Luego se acrecentó por un cierto recalentamiento de nuestra economía, con una demanda interna que estaba expandiéndose más allá de lo aconsejable.

Con el advenimiento de la crisis financiera internacional, y con su secuela recesiva, el problema inflacionario se atenuó grandemente, como consecuencia de lo cual en los últimos meses hemos visto una fuerte desaceleración en los precios. Y ahora, en enero, el dato se volvió definitivamente bueno, a tal punto que ya no sólo se piensa en la meta de 3%, sino inclusive en una menor.

sábado, 4 de octubre de 2008

La Inflación en punto de Inflexión

Pese a haber tenido un nivel aún bastante alto (0.57%), la inflación del mes de setiembre trajo consigo una señal alentadora: bajó en términos anualizados.
Es decir, la tasa de los últimos doce meses, que salvo esporádicos retrocesos, había venido subiendo sostenidamente durante la mayor parte del tiempo, y que había llegado a 6.27% en agosto, se redujo, aunque levemente, a 6.22% en setiembre.

Ésta es una buena noticia, porque implica que la preocupante tendencia al alza que registraba el fenómeno comienza a cambiar de tendencia. Es cierto que la inflación aún es elevada, pero comienza a perder velocidad.

En el rubro de alimentos y bebidas, el más crítico, por la fortísima variación de sus precios, la tasa anualizada bajó de 10.31% a 9.48%. También lo hizo en el de combustibles y electricidad, de 2.40% a 2.06%. Sólo subió en el rubro de otros bienes y servicios, de 2.64% a 3.42%.

Y pensar que hace apenas un año, en setiembre del 2007, la inflación apenas estaba en 2.80%, totalmente dentro del rango establecido como meta. Inclusive, en abril de ese año, había llegado a ser negativa.

Lamentablemente, en el presente año las cosas se salieron de control, fundamentalmente por factores externos. Pero si el punto de inflexión de setiembre se ratifica en los siguientes meses (algo muy probable, según los analistas, porque ya están bajando los precios externos y comienzan a surtir efecto las medidas dictadas por el BCR), la inflación del 2009 podría estar retornando a los niveles previos, ésos que estaban permitiendo reducir la pobreza y que hacían que la gente viera con mediano optimismo el panorama futuro.


Ver la página principal de Desarrollo Peruano.

martes, 2 de septiembre de 2008

Desacelerando el Gasto

Fuente: diario El Comercio

Dado que la demanda interna, apuntalada por un fuerte nivel de gasto público, se ha convertido en uno de los principales combustibles para la inflación (que ya pasó del 6% en términos anuales) ahora se busca ponerle coto a través de una mayor austeridad. Felizmente, los precios del petróleo y otras importaciones esenciales están comenzando a bajar, lo que coadyuvará al esfuerzo antiinflacionario.

miércoles, 13 de agosto de 2008

No Había Otra: Reducen Subsidio a los Combustibles

Tarde o temprano, tenía que ocurrir: el gobierno decidió retirar una parte del subsidio que venía otorgando para evitar el alza de precios de varios combustibles derivados del petróleo.

Como se recuerda, en el año 2004 se creó el mecanismo denominado Fondo de Estabilización de Precios, con el fin de que contribuyera a atenuar la volatilidad que ya se dejaba sentir entonces en el precio de los hidrocarburos. La idea del fondo era captar recursos cuando el precio internacional se hallara por debajo del mínimo establecido y proveerlos cuando superara el máximo fijado, impidiendo que subiera internamente. Mientras el precio se mantuvo cercano al rango fijado, no hubo mayor problema, pues el fondo se autofinanció, compensando las alzas con las bajas.

El problema surgió con la vertiginosa alza de los dos últimos años, que se salió de todas las previsiones (nadie imaginó que el precio del barril superara los US$ 140). Debido a ello, el fondo quedó desfinanciado, y el Estado tuvo que comenzar a aportar recursos. Así, el fondo de compensación dio paso a un subsidio abierto. Hasta la fecha, el monto de lo desembolsado había llegado a la preocupante suma de 3 mil millones de nuevos soles (más de US$ 1,030 millones), lo cual a todas luces resultaba insostenible.

Ello obligó a optar por lo sano: recortar el subsidio, y reestructurar el fondo, a través de la modificación de sus bandas de precios. Con ello, se ha reducido la cobertura para todos los combustibles, inclusive productos de tan amplio uso como el gas licuado de petróleo, la gasolina de 94 octanos y el kerosene. Sólo se han salvado de la reducción los petróleos industriales 6, 500, 6 GE y 500 GE. La gasolina de 90 octanos ya no recibirá subsidio, como no lo venían haciendo tampoco, desde semanas atrás, las de 95 y 97.

Como es obvio, los precios internos subirán, porque el Estado reducirá su apoyo financiero. Gracias al recorte, su gasto semanal, que era de 75 millones de nuevos soles, disminuirá a 51 millones.


La nueva banda de precios y los factores de compensación (hacer click para ampliar).

Además de la pesada carga que representaba en la caja fiscal (ya cercana a 1% del PBI), el subsidio originaba problemas en la asignación de recursos, pues, debido al artificial bajo precio del petróleo y sus derivados, desalentaba el cambio desde éstos hacia el gas, algo que se busca afanosamente, como parte del proceso de transformación de la matriz energética.

Pero no sólo era eso. Como casi todo subsidio, había terminado siendo injusto en el beneficio otorgado, pues no llegaba a quienes verdaderamente lo necesitaban, favoreciendo más bien a los consumidores de mayor poder adquisitivo. Con el recorte, el dinero liberado podrá ser focalizado en los programas sociales, atendiendo a quienes realmente requieren de ayuda.

Por último, constituía una flagrante contradicción en un programa económico que se ufanaba de ser radicalmente distinto a otros que se aplican en América Latina y que se caracterizan por la masiva presencia de estas distorsionantes y populistas herramientas, que interfieren en la asignación de recursos, crean rentabilidades artificiales y envían señales equívocas a los agentes económicos.

Afortunadamente, el gobierno optó por esta medida, que contribuye a restablecer la racionalidad en el programa económico y lo reencauza por una ruta que, en lo posible, no debería abandonar. Otra buena noticia es que, dada la tendencia bajista que se nota en el precio del petróleo, el subsidio podría devenir innecesario hacia fines de año. Ésa sería, sin duda, una muy grata noticia para el Estado, que así podría librarse de esta onerosa y distorsionante carga.

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