Grave Crisis Política e Incertidumbre

Cuando aún no se reponía de la sorpresa por el absurdo reemplazo del ministro de Economía, el país se entera de la renuncia del presidente del Consejo de Ministros, y con ello de la caída de todo el gabinete.

Esto último se precipitó debido a la censura que ineludiblemente iba a enfrentar ese funcionario en el Congreso, donde ya se había logrado los votos requeridos para tal cosa, y por ende para retirarlo del cargo.

Ello ocurre en un contexto en el cual la aprobación de la gestión presidencial se halla en un nivel ínfimo, prácticamente inexistente.

Es la consecuencia de la actual grave crisis de inseguridad, pero además del rechazo que la presidenta se ha granjeado con su arrogante y frívolo estilo de gobernar, en el que además han abundado las acusaciones, varias de ellas muy graves, que han hecho trizas su imagen y muy probablemente luego le signifiquen condenas penales.

Todo ello ocurre cuando ya solo faltan once meses para las elecciones presidenciales, programadas para abril del próximo año. La pregunta que ahora se hace el país es si es preferible promover un inmediato término de su mandato o más bien esperar (con calma pero a la vez con un riguroso control político que impida que se agraven los problemas actuales) el ya escaso tiempo que resta para el cambio de gobierno.